La mitad femenina de Dios
forma parte de la otra mitad,
y es el arte de la libertad
y el amor de los dos,
inspirados en esa verdad
por la que en jubilosa unidad
ambos vuelan en pos...
Eso es Dios... ¡lo demás, vanidad!
La mitad masculina de Dios
forma parte de la otra mitad.
Jesús María Bustelo Acevedo
No hay comentarios:
Publicar un comentario