¡Bienvenidas! ¡Bienvenidos! ¡Bienvenides!
Aquí empieza nuevamente otro poema,
con compás, con paz, capaz y Compostela,
Compostela marinera e inmarcesible...
Un poema sin problema, sin propósito,
que propósito la vida no persigue
más que ser la propia vida con el gozo
que infinitamente expande sus raíces...
¡Bienvenidos! ¡Bienvenidas! ¡Bienvenides!
Jesús María Bustelo Acevedo
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