Hazte cargo
de que el sexo no te cura
y es el desahogo amargo
de tu perenne amargura...
¡Amar, cura,
sin embargo!
Jesús María Bustelo Acevedo
El mundo es de los mediocres
El mundo es de los mediocres,
de aquellos que se complacen
en el sufrimiento ajeno,
hipócritas y farsantes
que invierten su potencial
en retorcidos ataques,
desplantes titiriteros
y zascas idiotizantes,
e invirtiéndose a sí mismos
lo festejan tan campantes.
Jesús María Bustelo Acevedo
La secta de los desenmascarados
¡Siempre negatiffo! ¡Nunca positivo!
¡El negacionista en España está vivo!
Se sabe en su sueño mundano despierto
y todo lo ajeno a su sueño está muerto,
y afirma que Trump es el gran redentor
y toda doctora y todo doctor
es sólo un pelele
que mueve esa tele
que es el gran hermano del gran dictador
que nos adoctrina en matar a la fruta
y amar a la cáscara...
Y aquel que de sabio sutil se reputa
lanzando su arenga se quita la máscara.
Jesús María Bustelo Acevedo
La roma religión
La religión del mercadeo
es esa roma inquisición
que, tras matar al corazón,
de la codicia y el deseo
hace su falsificación...
¡Qué inquisición!...
¡Qué religión!...
¡Qué simulacro fariseo!
Jesús María Bustelo Acevedo
El Fin del Mundo
Fin del mundo o propósito de vida,
feliz revelación, apocalipsis
más allá de los credos y las crisis,
la evasión fraticida,
los bulos y las balas
y los velos de Isis,
más allá de las buenas y las malas
la apocalíptica revelación
nos expande las alas.
Jesús María Bustelo Acevedo
Las hormigas y el hormigón
Amemos a las hormigas
y odiemos al hormigón,
que endurece al corazón
y en mendigos y mendigas
nos vuelve en su sinrazón.
Cuerpos que por unas migas
se arrastran entre boñigas
sin alma ni vocación...
¡Amemos a las hormigas
y odiemos al hormigón!
Cuerpos que por unas migas
se arrastran entre boñigas
sin alma ni vocación...
¡Amemos a las hormigas
y odiemos al hormigón!
Jesús María Bustelo Acevedo
El matriarcado pervertido
Sucedáneo de un matriarcado
de un varón tan domesticado
que desprecia su esencia nómada sometido...
¡Eso ha sido
lo que ha quedado
una vez que fue corrompido!
Jesús María Bustelo Acevedo
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