En mi ilimitación me siento libre,
me siento, me levanto,
camino, vuelo, viajo, viejo, joven,
igual que la batuta de Beethoven,
o la musa de Dante,
me curo del espanto
y del desplante,
y siempre luce el Sol en mi infinito,
aunque la Luna mi sendero alumbre,
y cuando me limito,
limito y no milito,
ni sueño con la cumbre,
y en mi limitación me sé bendito.
Jesús María Bustelo Acevedo
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