Yo quiero ser sinvergüenza,
nunca más un vergonzoso
preso de un credo tramposo
que mil represiones trenza...
Porque la vergüenza, en fin,
es pisar al corazón
convirtiendo la razón
en el monstruo más ruin...
Y si en ello me convierto,
¡ya estoy muerto!
Jesús María Bustelo Acevedo
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