Celoso celador del celibato,
que cela de celestes himeneos,
preso de represiones y meneos,
inconfesables vicios
y evidentes silicios,
abandona el recelo y el recato,
el mal trago, el maltrato y los suplicios,
voz de un rancio demonio,
y halla el Reino de Dios
que está en todo y en ti, que está en los dos,
Infinito y Eterno Matrimonio.
Jesús María Bustelo Acevedo
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