Acróstico
Todo el que, sometido por la pena,
Rumia y rumia el castigo de su mal,
Imagina que, hundido en lo fatal,
Sobrevive arrastrando su cadena.
Teme la luz y teme la alegría,
Entregando su crédito a ese manto
Zozobrante que niega la Armonía,
Aun siendo de ella siempre acorde santo.
Jesús María Bustelo Acevedo
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