Vegano, gordo vegano,
va comiendo con los ojos
y con una y otra mano
sus manjares, sus antojos,
y hasta el descanso nocturno
lo interrumpe a cualquier hora
porque el ansia lo devora,
¡oh vegano gordinflón!,
como devora Saturno
hasta al mismo Poseidón.
Jesús María Bustelo Acevedo
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