Un respetable padre de familia,
con su coche, su casa y su parienta,
un sencillo currante que se afilia,
porque le da la gana,
a la ordenanza que el que manda inventa,
combatiendo la discrepancia vana,
y hasta la tumba allá se domicilia...
¡Resumiendo, un Juan Lana!
Jesús María Bustelo Acevedo
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