El tiempo es un mandala
con dos manillas locas,
con focos y con focas,
pico y pala,
que apuntan a esos doce
y opaca al que conoce
la abstracta eterna luz,
el tiempo es esa cruz
de humana y breve faz,
tan lejos de la paz
como la Tierra en guerra
que pone un velo al Cielo
y a todo vuelo entierra
vistiéndonos de duelo.
Jesús María Bustelo Acevedo
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