Tengo la piedra filosofal,
soy heredero de esos misterios
que los caducos bípedos serios
siempre desprecian para su mal.
¡Convierto en oro cuantos escombros
ellos arrastran sobre sus hombros!
¡Y si se amargan
con lo que cargan,
yo, iluminado, soy inmortal!
Jesús María Bustelo Acevedo