¡Oro, seda, sangre y sol!...
¿Así es el pueblo español?
Oro, que es el oro aquel
que se queda
en oropel;
y esa seda
que no se da y se destruye;
sangre que corre y no fluye
y que torna al río en lloro;
sol poniente,
sin el brillo
amarillo
del radiante sol naciente...
Piel de toro,
de capote
y de tortura,
sacerdote
que no cura...
¡de sol, sangre, seda y oro!
Jesús María Bustelo Acevedo
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