¿Y tú, a quien persigues, amigo,
si en ese al que tanto persigues
se muestra tu propio castigo,
y cuanto te ocultas consigues
por mor del que sigues
hacerte testigo...?
¡Ámate a ti mismo y ama al enemigo,
y así lograrás que jamás te fustigue
la culpa heredada que llevas contigo!
Jesús María Bustelo Acevedo
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