¡Monstruos del mundo! ¡Casaos!
¡Que así lo exige el señor!
¡Y para siempre acusaos
con retorcido rencor!
¡Destruíos, maltrataos!
¡Odiad, culpabilizaos
hasta morir de ira y de dolor!
Y al morir, liberaos...
¡Tal cosa es el amor!
Jesús María Bustelo Acevedo
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