Rodilla izquierda, ¡oh tú!, siempre conmigo,
bailando por las sendas de la vida
sin quejarte jamás, y fiel testigo
de este juego genial, cada movida
que llevo a cabo... Oh tú, que, como digo,
eres parte sin par en la partida,
cual la diestra querida,
¡eres mi gran amigo!
Jesús María Bustelo Acevedo
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