Nunca jamás mar en calma
hizo experto a un marinero,
¡y cómo me llena, empero,
su hermosa quietud el alma!
Jesús María Bustelo Acevedo
Inventores
Escuchadme, ¡dïablos!, lo que digo,
y escuchadme, mendigos, lo que hablo:
la pobreza se la inventó el dïablo
y al dïablo se lo inventó un mendigo.
Jesús María Bustelo Acevedo
Vocación
¡Ni parados ni paredes!
¡Muévete hasta el corazón
y verás como allá puedes
ejercer tu vocación!
Jesús María Bustelo Acevedo
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